Emilio Martínez Navarro: “Aporofobia”, en: Jesús Conill (coord.): Glosario para una
sociedad intercultural, Valencia, Bancaja, 2002, pp. 17-23.
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Aporofobia
Emilio Martínez Navarro (Profesor Titular de Filosofía Moral, Universidad deMurcia)
Trabajo publicado en: Jesús Conill (coord.): Glosario para una sociedad
intercultural, Valencia, Bancaja, 2002, pp. 17-23.
1. Nuevo concepto
Aunque el término “aporofobia” todavía no figura en los diccionarios de nuestra
lengua, ya aparece utilizado en numerosas publicaciones recientes. Muchas de
ellas podemos encontrarlas en Internet con cualquier programa de búsqueda, y
al hacerlo podemos constatar que se utiliza este vocablo con el significado que
denotan las palabras griegas que lo componen: “áporos”, pobre, sin salidas,
escaso de recursos, y “fobia”, temor. De modo que el término “aporofobia”
serviría para nombrar un sentimiento difuso, y hasta ahora poco estudiado, de
rechazo al pobre, al desamparado, al que carece de salidas, al que carece de
medios o de recursos.
Esta novedosa palabra aparece por primera vez en una serie de
publicaciones que la filósofa y catedrática Adela Cortina viene realizando desde
mediados de la década de los noventa. La profesora Cortina ha propuesto el
uso de esta palabra para poder dar nombre a una realidad que hasta ese
momento no lo tenía. Porque se habla mucho de la “xenofobia”, que es el
rechazo al extranjero, pero no se disponía del término adecuado para referirse
la actitud que, a su juicio, es la verdadera clave de muchas conductas
indeseables que se producen en nuestras sociedades opulentas del Norte. La
verdadera actitud que subyace a muchos comportamientos supuestamente
racistas y xenófobos no sería, en realidad, la hostilidad a los extranjeros, o a
las personas que pertenecen a una etnia diferente a la mayoritaria, sino la
repugnancia y el temor a los pobres, a esas personas que no presentan el
“aspecto respetable” de quienes tienen cubiertas sus necesidades básicas. En
efecto, “no marginamos al inmigrante si es rico, ni al negro que es jugador de
baloncesto, ni al jubilado con patrimonio: a los que marginamos es a los
pobres” (Cortina 1996: 70).
Artículo Completo
Esta fobia se puede explicar como una “mala conciencia” que nos recuerda que las situaciones de desamparo son, en cierta medida, una responsabilidad de todos los que estamos acomodados. En ese sentido, el que haya pobreza es signo de cierto grado de fracaso social. Es un síntoma de que el sistema en el que estamos instalados no es todo lo justo que debería ser. Es positivamente mala y negativa dado que vivimos en un mundo de favores, la persona que humilla da por supuesto que la víctima no tiene nada que ofrecerle, que no hay posibilidad de ningún intercambio entre ambos, ni de obtener beneficio alguno con una interacción y por ello se desarrolla este rechazo y discriminación hacia el pobre o personas menos pudientes.